Música – Fundación Valle La Paz

Guitarra de madera. Coro Comunitario Fundación Valle La Paz

La guitarra

La guitarra. Los primeros dos días que subí a la comunidad no hubo luz; esto fue un problema para dar la clase, porque yo llevaba un piano eléctrico. Al tercer día decidí llevar mi guitarra. Cuando estuve en la comunidad de Potrerillos, varios niños me comentaron que nunca habían visto una guitarra, así que jugamos con ella por horas. Durante un mes, cada que iba a clase me pedían que les enseñara a tocar guitarra. Yo creí que era solo una emoción pasajera, hasta que un día llegué a clase y vi a un niño con su guitarra hecha por él y su papá. Con sus cuerdas de hilo para pescar y con sus puentes hechos con ramas de pino. Ahí entendí que sí querían clase de guitarra.

Guitarra sin guitarra

Como no había guitarras pero sí las ganas de aprender, decidí enseñarles las posiciones de los acordes utilizando una base de cartón como si fuese el diapasón y colores para distingur las cuerdas. Estaba segura que eventualmente llegarían las guitarras. Cuando aprendieron la posición de do, les mostré cómo sonaba en mi guitarra ese acorde. Justo después de que hice el rasgueo para sacar un buen do, todos hicieron lo mismo con su cartón y entonando con sus bocas: “triiiiin”.

Respiración

Llamó mucho mi atención que las mujeres hablaban hacia adentro, respondían los buenos dias (y casi cualquier pregunta) mientras inhalaban. Me preguntaba ¿cómo vamos a sacar la voz para cantar? La magia del canto está en aprender a controlar nuestra respiración. Poco a poco han salido voces maravillosas en este coro comunitario.

La Batuta

Por otra parte, los hombres gritaban en lugar de hablar: “Profe, me estorba, no veo”. Para poder hacer un equilibrio de volúmenes aprendimos los matices (de piano a fortíssimo). Así podemos controlar cuando necesitamos más volumen para responder un buenos días, o cuando necesitamos un pianissimo para pedir un consejo.

Tocando con frío

Es conmovedor cómo algunos niños hacen un esfuerzo para llegar a su clase de música a pesar del clima o de algunas obligaciones familiares. “Tenía mucho frío, pero me traje la cobija para tomar a gusto mi clase de guitarra”.

Micrófono

Esta fotografía se tomó en Guadalajara. Es del primer concierto que dimos fuera de la comunidad. A partir de ese momento entendí que un niño que se enfrenta a un micrófono para cantar delante de 200 personas no vuelve a ser el mismo. Se convierte en una persona capaz de superar sus metas, pequeñas y grandes.

Escuchando cello. Coro Comunitario Fundación Valle La Paz

Escuchando cello por primera vez

Andrea Beck subió con sus compañeros de escuela a compartir actividades con la comunidad. Ella aprendió a tocar el cello de pequeña y me preguntó si era buena idea tocar algo para ellos. La respuesta inmediata fue un sí. Nos sentamos en círculo y comenzó a hablarnos del instrumento y me di cuenta que los chicos del coro no habían escuchado nunca un cello, mucho menos lo habían visto interpretar por alguien de su edad. Los chicos no parpadeaban observando el arco, las manos, las cuerdas… fue un momento mágico. Desde entonces Andrea ha subido a la comunidad en varias ocasiones para dar talleres y conciertos junto con algunos miembros de su familia que también son músicos.

Concierto Tutti. Coro Comunitario Fundacion Valle La Paz

Primer Concierto Tutti

El coro comunitario se conforma por las comunidades de La Huerta San Agustín y Mesa Rica. Durante los primeros dos años las clases y las funciones corales se daban por separado, o se seleccionaban a algunos para poder viajar. En diciembre de 2018 dimos un concierto navideño con todos los integrantes en el mirador de La Huerta San Agustín. No llegaron todos los integrantes de Mesa Rica, pero logramos hacer un coro de aproximadamente 70 voces.

Camino y disciplina

Yahir y sus hermanas tienen que hacer una buena caminata para llegar a sus clases a Mesa Rica porque viven en Conejeras, una comunidad cercana. Este día el grupo de Yahir no tuvo clases, pero sabía que la maestra de coro iría, así que él se aventó la caminata para no perder su lección de guitarra.

Primer concierto

Me conmueve mucho pensar en nuestro primer concierto y en los nervios que tenían los niños de subirse a este escenario que ellos mismos prepararon con ladrillos de una construcción en proceso. Era diciembre, hacía frío, los cantos en su mayoría eran villancicos. Pienso en el escenario de nuestra última presentación, un poco menos modesto, y me gusta darme cuenta que la emoción por cantar sigue ahí, motivándonos a seguir aprendiendo más cada día sobre nuestro canto.